CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ante el golpe militar perpetrado en Myanmar (o Birmania), el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se posicionó detrás del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien condenó la “detención de los líderes políticos de ese país” y llamó a todos los actores para recuperar “lo antes posible los canales diplomáticos”.
A diferencia de las fuertes condenas y hasta amenazas expresadas por las diplomacias de otros países –como Estados Unidos u otros países europeos–, la Cancillería mexicana prefirió no condenar por si sola el golpe militar que quitó del poder al gobierno civil de Aung San Suu Kyi, quien fue detenida hoy junto con el presidente Win Myint.
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