CIUDAD DE MÉXICO (apro).– Cuando su pareja y padrastro de dos niños de 10 y 9 años, y padre biológico de otro de 4 años le dijo que le tenía una sorpresa, la madre de los menores nunca se imaginó que los iba a asesinar y después se iba a suicidar, en Tijuana, Baja California.
“Te tengo una sorpresa”, le dijo por teléfono. Los mató con un arma blanca, dentro de su casa ubicada en la privada Olvera del fraccionamiento Natura, donde, según medios locales, se practica el narcomenudeo en tienditas y picaderos de droga.
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