CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Una de las virtudes que en pandemia ha desarrollado Jessica Franco Landero, sobre todo a raíz de las dolencias que llevaron la madrugada del domingo 14 a la desaparición física de su compañero, el músico potosino Eulalio Sax Cervantes Galarza, es tener paciencia.
“¡No, si yo no sólo lo amaba, yo lo idolatraba, es el amor más grande que he tenido! Sax era y es mi mundo”, sostiene con voz en cuello a Proceso Jezz –como cuates cercanos le dicen de cariño– al recordar su amor por Sax (quien, a su vez, solía afirmar que gracias a la música conoció el amor, tanto a ella y por sus hijos Natasha Sax y Andry Sax).
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