MÉXICO, 10 de mayo (apro).- Chaudhry Zulfíkar, fiscal de la Agencia Federal de Investigación (AFI) de Pakistan, fue asesinado a tiros en las calles de Islamabad, el pasado viernes 3. Se dirigía a una audiencia sobre el asesinato, en 2007, de la exprimera ministra Benazir Bhutto, en el que está coacusado el expresidente paquistaní Pervez Musharraf. El sábado 4 debió haber asistido a otra vista relativa a los atentados de 2008 en Bombay, India, que fueron atribuidos al grupo integrista paquistaní Lashkar-e-Toiba (LET).
Nadie reivindicó el ataque, pero las pistas giran siempre dentro de un mismo círculo. Apenas tres días antes de su muerte, Zulfíkar había dicho a la prensa que tenía “evidencia documental sólida que vincula a Musharraf con el asesinato de Bhutto”. El fiscal mismo promovió el arresto del exgeneral, después de su intempesitivo regreso en marzo a Pakistán, un acto sin precedentes que dejó boquiabierta a la opinión pública y causó el enojo de algunos círculos militares, según comentó Ilyas Khan en BBC News.
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