“No dio tiempo de nada, más que de sobrevivir”

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Cuando el agua cubrió el primer piso no hubo manera de refugiarse. En cuestión de minutos la salida colapsó y Alberto Chávez Neri pensó que quedaría atrapado junto con su familia.

La madrugada del martes 7, la gente de Tula, Hidalgo, subió a las azoteas de sus casas, desde donde veían la corriente golpear puertas y quebrar cristales, hasta llegar a los techos.



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