CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Una pareja vive en una base espacial, lejos de la Tierra, queriendo regresar allá, al lugar que nunca han conocido, y su estancia se hace monótona e interminable aunque tengan un lugar en la lista de los que podrían ir hacia aquello con lo que sueñan.
Paisajes eléctricos es una obra de ciencia ficción que se aboca a construir la ficción, justificarla, elaborarla y darle vida. Tanta es la intención que los personajes que la habitan parecieran pasar a segundo plano, y su historia carece de profundidad y de eso, de historia; dicen amarse, dicen compartir casa y sueños, dudan de quién regresará primero, pero como el acento no está ahí, sino en la complejidad de elaborar las convenciones necesarias para confirmarle al espectador que está en un mundo futurista, la vida monótona de aquellos seres nos deja de interesar.
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