CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Para llegar a la casa de la marchista Sofía Ramos hay que saber dónde está el cementerio de aviones del aeropuerto de la Ciudad de México. En los linderos de la alcaldía Gustavo A. Madero y el municipio de Nezahualcóyotl, por donde corren las vías del tren, se levantan 22 viviendas hechas de láminas y de madera forrada con plásticos para evitar que entre la lluvia.
A ese asentamiento irregular se le conoce como Localidad 17 de junio, fecha en la que un grupo de paracaidistas se asentó hace una década. Sus habitantes son recolectores y recicladores de basura. Las viviendas y todo lo que hay en su interior están hechos con el material que pepenan. Lo que algunas personas desechan, para ellos es un tesoro. No hay agua corriente ni pavimento, la luz llega gracias a unos “diablitos”.
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