CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En silla de ruedas, carriolas o muletas, a paso lento, del brazo de sus padres o por su propio pie, cientos de menores de entre 12 y 17 años con diferentes comorbilidades acudieron este lunes a recibir la primera dosis de la vacuna Pfizer contra el covid-19, en las dos sedes que instaló el gobierno de la Ciudad de México.
Padres entrevistados por Proceso afuera de la macro sede de la Biblioteca Vasconcelos calificaron como “muy rápido y bueno” el proceso de vacunación, pero coincidieron en que las autoridades deberían abrir la inmunización a todos los menores, no sólo a los que tienen capacidades especiales, sobre todo ahora que regresaron a la escuela, para que estén más protegidos.
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