ZACATECAS, ZAC. (Proceso).- Una veintena de pequeñas comunidades rurales y rancherías de los municipios limítrofes con Jalisco y Durango, en la Sierra Madre Occidental, han sido ocupadas y son gobernadas de facto por los cárteles de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación, que expulsaron a cientos de familias de sus hogares y parcelas.
El gobierno federal respondió con el despliegue de soldados y agentes de la Guardia Nacional en el municipio de Valparaíso, pero a decir del alcalde, Eleuterio Ramos Leal, esos operativos no frenan al crimen organizado, por lo que pide al gobierno de Andrés Manuel López Obrador que revise la estrategia, la cual “lejos de disminuir el fenómeno de violencia, se ha ido incrementando; hemos visto en últimas fechas secuestros, extorsiones, robo, muerte, exclusión y desolación”.
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