CHIHUAHUA, Chih., 30 de julio (apro).- Desde hace cinco meses, cuando perdió todo contacto con dos de sus hijos, Rufina Silva Cano vivió en medio de la incertidumbre.
La zozobra en que se hallaba sumida desde entonces terminó el pasado lunes 29, cuando identificó los cadáveres de Carlos Hernández Silva y Paulo Silva Cano, de 19 y 16 años de edad, respectivamente.
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