El descubrimiento comandado por Alberto Ruz Lhuillier sacudió a la arqueología mexicana. Por conflictos entre el INAH y los diarios de esa época (1952) sobre los restos de Cuauhtémoc, el único periódico invitado a la cuarta expedición a Palenque fue Excélsior, que envió a Gustavo Durán de Huerta. En mayo de 1994, la hija del periodista, actual colaboradora de este semanario, lo entrevistó sobre el acontecimiento, y con testimonios del antropólogo físico Arturo Romano Pacheco, reconstruye aquí esta historia de fábula, justo siete décadas después.
Ciudad de México (Proceso).– El 15 de junio de 1952 en Palenque, Chiapas un equipo encabezado por Alberto Ruz Lhuillier y formado por arqueólogos, antropólogos físicos, albañiles, pasantes de la carrera de antropología y un periodista, descubrieron en Palenque, Chiapas, una tumba real en el fondo de una pirámide. El hallazgo fue un hito en la arqueología mexicana, pues hasta entonces sólo se tenía noticia de cámaras mortuorias en las pirámides de Egipto.
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