Témoris Grecko
MÉXICO, D.F., 31 de agosto (proceso).- Una caricatura circuló a principios de año en la ciudad siria de Alepo: El presidente Bashar el Assad aparece hasta las rodillas en un lago de sangre. Sujeta una sierra eléctrica. Está rodeado de cabezas, miembros y cuerpos destrozados. En el ambiente flota una peste debido a la descomposición de los cadáveres. El mandatario estadunidense Barack Obama aparece de pie a un lado, sin ensuciarse, y dice: “No. No huele a nada químico”.
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