José Gil Olmos
CIUDAD JUÁREZ, CHIH., 11 de junio (proceso).- Era casi la medianoche del lunes 6 en la ciudad de Durango cuando la mujer joven se acercó al poeta Javier Sicilia, rodeado por decenas de personas que querían ser escuchadas. Parecía un cervatillo que no lograba superar los nervios, y al final se retiró sin atreverse a hablar en público.
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