De 1993, cuando asumió como gobernador el priista Manuel Cavazos Lerma, a la fecha ningún mandatario tamaulipeco ha estado exento de las sospechas de tener vínculos con el narco. El forcejeo de los últimos días entre el saliente, el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca, y su sucesor, Américo Villarreal Anaya, de Morena, es el capítulo más reciente de esas funestas sospechas.
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