El sábado 10 un comando ingresó a El Durazno, en el municipio de Coyuca de Catalán, y reunió en una primaria a todos los hombres del pueblo que encontraron, para después ejecutarlos. Desde entonces, las familias del poblado huyeron del lugar porque ninguna autoridad los protege; quienes se quedaron viven con pavor y denuncian que detrás de la matanza está la intención de grupos criminales de apoderarse de las maderas preciosas que tiene la zona.
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