La dura represión que el presidente Daniel Ortega ha emprendido contra la Iglesia católica en Nicaragua suma ya un sacerdote asesinado, un obispo encarcelado y otro en el exilio, además de sacerdotes, diáconos y seminaristas arrestados, agredidos, amenazados de muerte o condenados al destierro. En entrevista, la investigadora nicaragüense Martha Molina Montenegro explica que por esa vía el gobierno pretende acallar las críticas de “la única institución que ha logrado mantenerse firme en sus denuncias contra las arbitrariedades de la dictadura”.
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