MÉXICO, DF, 8 de noviembre (apro).- El sistema judicial mostró una sorprendente capacidad para tropezarse cuatro veces con la misma piedra: el capo Rafael Caro Quintero. Y lo logró en un tiempo récord: tres meses.
El sinaloense estaba preso desde hacía 28 años. El principal delito por el que seguía en la cárcel era el asesinato de Enrique Kiki Camarena, agente de la Oficina Antidrogas de EU (la DEA) ejecutado el 9 de febrero de 1985. Caro aún debía purgar 12 años de cárcel. El sistema judicial mexicano lo liberó, y el mismo sistema lo volvió a declarar prófugo.
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