MÉXICO, D.F., 11 de abril (apro).- El pasado 27 de marzo, después de 30 años de enfrentamiento armado, el gobierno de Filipinas encabezado por Benigno Aquino y el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) firmaron un acuerdo de paz que crea en la sureña isla de Mindanao la región autónoma de Bangsamoro, como los musulmanes filipinos denominan a su tierra ancestral.
Calificado como histórico, el acuerdo sin embargo está todavía muy lejos de significar la pacificación de ese convulso archipiélago sudasiático, donde al menos otras tres organizaciones guerrilleras más se mantienen en armas, y las marcadas diferencias económicas y sociales constituyen un perenne caldo de cultivo para el descontento social.
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