Héctor Tajonar
MEXICO, DF, 22 de noviembre (proceso).- La legitimidad del gobierno de Enrique Peña Nieto está a punto de desmoronarse. No olvidemos que, desde John Locke, la legitimidad es el fundamento del poder político. El gran reto es cómo recuperar dicha legitimidad, cómo restaurar la confianza y la credibilidad de los ciudadanos en el gobierno. La única vía para lograrlo es la autocrítica sustentada en una auténtica voluntad de cambio real y profundo en la forma de gobernar. Ya no hay espacio para el cinismo o la simulación, menos aún para la amenaza autoritaria.
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