MÉXICO, 7 de agosto (apro).- “En toda sociedad hay elementos extremistas y homicidas, y lamentablemente la verdad es que entre nosotros también”, admitió el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, luego de que los dos últimos días de julio se perpetraran sendos ataques letales por parte de ultraortodoxos y ultranacionalistas, que conmocionaron no sólo a la comunidad internacional sino a la propia sociedad israelí.
El jueves 30, un judío ultraortodoxo que acababa de purgar diez años en la cárcel por un ataque similar, apuñaló a seis personas durante un desfile del Orgullo Gay en Jerusalén, una de las cuales –una adolescente de 16 años– murió tres días después a causa de las heridas. Y el viernes 31, presuntos colonos ultranacionalistas lanzaron un coctel molotov contra una vivienda palestina en Cisjordanía, provocando un incendió que abrasó vivo a un bebé de 18 meses y dejó al borde de la muerte al resto de su familia.
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