MEXICO, D.F., 10 de agosto (apro).- A los periodistas corruptos el poder los embrutece con dinero y solapa sus excesos. A los independientes, les arrebata espacios, los hostiga y los mata.
Como en ningún país del planeta catalogado de democrático, en México esta fórmula, avalada desde la cúspide del poder, tiene acreditada su plena vigencia.
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