MEXICO, DF, 22 de agosto (proceso).- La decisión de Alfredo Castillo, director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), de “poner en orden” las asociaciones deportivas nacionales (federaciones) y a sus presidentes, creó un caos de indefinición jurídica en el que los atletas ya sufren los daños colaterales, a menos de un año de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
El primer coprotagonista de esta nueva confrontación en el deporte mexicano es Castillo, quien como máxima autoridad del deporte nacional acusa a los presidentes de las federaciones de lucrar con los recursos públicos que reciben y de tomar decisiones técnicas que, lejos de llevar a la excelencia deportiva, van en detrimento de los resultados en competencias internacionales.
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