México, D.F., 22 de septiembre (apro).- No fue el exceso de lluvia el único factor que provocó el derrame de más de 40 millones de litros de sulfato de cobre sobre los ríos Sonora y Bacanuchi el 6 de agosto de 2014; también las 55 irregularidades en las que incurrió la empresa Buenavista del Cobre (BDC) –filial del Grupo México– para maximizar las ganancias que sacaba de su mina de cobre en detrimento de sus obligaciones ambientales, según revela un estudio publicado este martes por el Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER).
De acuerdo con el amplio estudio, elaborado con base en solicitudes de información, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) detectó estas irregularidades “en sucesivas inspecciones realizadas a BDC después de ocurrido el derrame” en la cuarta mina con mayor producción de cobre del mundo.
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