Londres, 9 de octubre (apro).- “Hacia las siete de la tarde, el bote empezó a perder aire y a llenarse de agua. La gente empezó a caer al mar. Con cada ola desaparecían dos o tres personas. Nos aferramos a una cuerda, con el agua hasta el vientre”.
Así narra su aterradora experiencia el joven Ibrahim, de 24 años y procedente de Malí, quien en febrero pasado logró sobrevivir a un naufragio al intentar cruzar el Mar Mediterráneo en una patera. Un buque de carga con bandera italiana lo rescató junto con otro superviviente hacia las 3 de la tarde del día siguiente. El resto de los tripulantes –sirios, pakistaníes, afganos, eritreanos, entre otros– murieron ahogados.
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