Las declaratorias de UNESCO, convertidas en franquicias

México, D.F. (proceso).- Puesta casi como un logo para atraer turistas y consumidores, la denominación “patrimonio cultural de la humanidad” pareciera estar perdiendo el verdadero espíritu de salvaguardia que, se supone, impulsa a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) a inscribir un bien o una tradición en sus listas.

En el caso de las tradiciones vivas, el riesgo se antoja mayor, pues se trata de las costumbres de muchas comunidades que ven trastocados sus rituales y cotidianidad en aras de un interés meramente económico, cuyas ganancias –la mayor de las veces– ni siquiera les beneficia.



Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí