MADRID (proceso).- A las 04:20 horas del 20 de noviembre de 1975, a los 83 años, moría Francisco Franco, el último dictador de Europa. Su yerno, el doctor Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de Villaverde, lo había sometido a tres intervenciones quirúrgicas en un mes y, durante las dos semanas previas lo mantuvo artificialmente con vida.
A primera hora de aquel día, Pablo Mayoral conoció la noticia en su celda, en Cáceres. “Me enteré por la algarabía que escuché en el patio de la cárcel procedente de los presos comunes”, rememora. “Tras las rejas, nuestra reacción era de euforia, porque veíamos el fin de 40 años del régimen fascista que significó una sombra para España”.
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