México, DF (apro).- El optimismo que dejó la presunta modernización de Petróleos Mexicanos (Pemex) gracias a la reforma energética –y que provocó el alza en su calificación crediticia a “A3” por parte de Moody’s– se desplomó ante la creciente deuda de la empresa dirigida por Emilio Lozoya Austin.
La autonomía directiva y presupuestaria, así como su eficiencia operativa en este nueva etapa como “empresa productiva del Estado”, quedaron rebasadas luego de que la agencia Moody’s Investors rebajó la calificación crediticia de Pemex a “Baa1” desde “A3”.
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