MÉXICO, D.F., 8 de octubre (proceso).- En Oaxaca, durante la Caravana de Paz que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad realizó por el sur del país, Gustavo Esteva utilizó una imagen que define muy bien la realidad de México: el lodo, una mezcla de agua y tierra causada por la lluvia. El análogo es exacto: La violencia “””esa lluvia que no ha dejado de caer sobre México desde que Felipe Calderón desató la guerra contra el narcotráfico””” ha generado un lodo en donde, conforme se acercan las elecciones, que son ya las de la ignominia, las fronteras entre el Estado y el crimen se borran cada vez más para dejar sólo la presencia de una violencia que va llegando, para desgracia de todos, a un punto de no retorno.
Una posible interpretación de este horror podríamos encontrarla en lo que Jean Robert llama la rivalidad que perdió su objeto. “Dos hermanos “””ejemplifica Jean Robert””” se pelean por una manzana. (Alguien) pasa y se lleva la manzana, pero los hermanos continúan peleando”. A partir de ese momento, la violencia adquiere una espiral desenfrenada. “Cada adversario estará tan fascinado por el otro que olvidará su propio interés. Observará sus gestos y sus movimientos, tratará de adivinar sus intenciones, se adelantará a sus subterfugios, en síntesis, lo imitará hasta que cada uno se vuelve el espejo del otro”.
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