Teresa Ulloa Ziáurriz* / MÉXICO DF (apro-cimac).- Entre los argumentos más sonoros que defienden la prostitución, considerándola erróneamente un “trabajo”, está el que apunta que cada mujer es libre de hacer con su cuerpo lo que considere mejor, y que si se trata de una decisión personal, ésta debe respetarse.
Como sabemos, el asunto no es tan simple como parece.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí