CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente Enrique Peña Nieto claudicó a la idea del Estado laico en la parafernalia de recibimiento al jefe del Estado Vaticano, Jorge Bergoglio, a quien los católicos reconocen como su líder religioso.
El monarca se resistía, pero la insistencia de más de 7 mil personas que se congregaron en el Hangar Presidencial lo convencieron, luego de que el presidente Enrique Peña Nieto se aproximara a decirle algo al oído. El jesuita entonces caminó frente a la gradería pletórica de la burocracia priista mexiquense para dar su bendición en cada estructura.
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