MONTERREY, NL (apro).- Los mandos zetas que se disputaban el control del penal de Topo Chico, ubicado en esta capital, obtenían hasta 20 millones de pesos cada mes por el cobro de extorsiones.
De acuerdo con Josué Reyes, funcionario adscrito a la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad y actualmente encargado del reordenamiento interno del penal, Jorge Iván Hernández Cantú, ‘El Credo’, y Juan Pedro Saldívar Farías, ‘El Z-27’, peleaban por mantener los privilegios, más que por apoderarse de la penitenciaría.
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