CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Al presenciar el monólogo El hijo de mi padre, del prolífico actor Adrián Vázquez, retrato oral de la violencia y la deshumanización del contexto social de Tijuana, uno se da cuenta de que hoy día el espectador ya se incomoda frente a la representación de una realidad voraz sin puntos de vista críticos.
Estamos sensibles a esos temas que se han expandido en el país; basta nombrar los estados de Guerrero, Michoacán y Veracruz, así como la zona metropolitana de la Ciudad de México y el Estado de México.
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