PARÍS, 2 de abril (proceso).- Nada parece capaz de detener la primavera árabe: en Túnez y Egipto se dan los primeros pasos de complejos procesos democratizadores; las tropas de Muamar El Gadafi y los rebeldes apoyados por la fuerza aérea de la coalición internacional siguen disputándose las ciudades costeras libias; y a Siria y Yemen las sacuden protestas que sus presidentes reprimen mientras prometen cambios.
Por su parte el rey de Bahréin, Hamad Ibn Isa al Khalifah pidió auxilio al Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG) “””al que pertenece junto con Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Omán y Kuwait””” para sofocar las crecientes movilizaciones en pro de cambios democráticos.
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