CIUDAD DE MEXICO (proceso).- En la tercera parte de su imprescindible obra La condición humana, Hannah Arendt habla de la acción y la palabra como los fundamentos de la vida política: las grandes acciones de los seres humanos y las palabras de los poetas y los historiadores que, al ser recordadas, mantienen viva y cohesionada el alma de una nación.
En México, todavía no hace muchos años, los libros de historia hablaban de todas las acciones que habían fundado nuestro país, y los presidentes buscaban, basándose ilusoriamente en ellas, realizar actos por los que querían ser recordados.
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