EL DESPLOME DE “IL CAVALIERE”

MILÁN, 12 de noviembre (proceso).- Antes de las 17:00 horas del martes 8 el futuro político del primer ministro italiano Silvio Berlusconi ya estaba marcado. No logró la mayoría en la Cámara de Diputados. Necesitaba al menos 316 votos para demostrar su fuerza en la aprobación de la Ley de Cuentas 2010 y sólo obtuvo 308. Ocho diputados que eran sus aliados lo abandonaron: no votaron en contra pero se abstuvieron e hicieron ganar a sus opositores.
Berlusconi hizo una mueca de resignación al ver que los números no lo favorecían. Al frente tenía una hoja donde escribía los nombres de los “traidores” y anotaba sus opciones: “nuevas elecciones”, “presidente de la república” y “dimisión”. Por primera vez desde 1994, cuando llegó al poder, barajó la renuncia como una posibilidad.


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