CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa deteriora cada día más la imagen de México en el mundo y provoca nuevos diferendos del gobierno mexicano con los organismos internacionales de derechos humanos; primero fue con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ahora, con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas. Y el gobierno se empeña en defender la llamada “verdad histórica”, a pesar de las múltiples evidencias que periodistas y consultores presentan para destruirla.
En el primer informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en septiembre del año pasado, se reveló la presencia de efectivos de la Policía Federal y del Ejército en los distintos escenarios donde ocurrieron enfrentamientos o estuvieron presentes los estudiantes, así como presencia de un quinto autobús que había sido ignorado por las autoridades y la ausencia de señales de que hubiese tenido lugar la incineración de los normalistas en el basurero de Cocula, entre los hechos más relevantes.
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