CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Los ajedrecistas son personajes peculiares. Por ejemplo, Alexander Alekhine venció a José Raúl Capablanca, por el título mundial, en 1927 -en Buenos Aires, Argentina, pero el nuevo campeón jamás le dio la revancha al genial cubano. ¿Quizás tenía miedo de perder?
Es una de las teorías más populares, pues Alekhine prefería enfrentar a Euwe o a Bogoljubow, pues los consideraba inferiores (aunque Max Euwe le arrebataría el título que recuperaría Alekhine al año siguiente).
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