CIUDAD DE MEXICO (apro).- El choque automovilístico en el que se vio implicado Felipe Calderón en Quintana Roo, como parte de su frenético activismo político-electoral, exhibe otra vez los privilegios pagados con dinero de los mexicanos para que este personaje, que ensangrentó el país, edifique la candidatura presidencial de Margarita Zavala y reconquiste el PAN.
Este activismo de Calderón, como en el caso de Veracruz, lo desnuda también como encubridor y cómplice de delitos cuando se ostentaba como Presidente de la República: Solapó el saqueo de Miguel Angel Yunes en el ISSSTE, probado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), y sólo contempló los multimillonarios desvíos en el gobierno del priista Javier Duarte.
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