CIUDAD DE MÉXICO.- (apro).- Hace una década el magisterio de Oaxaca encabezó uno de los movimientos populares más importantes del país que tuvo rasgos de insurgencia social y que ante el peligro de que se regara por todos lados fue reprimido por policías y soldados con un saldo de varios muertos. Hoy nuevamente ese estado comienza a vivir una nueva etapa de organización y movilización social motivada por una reforma educativa laboral destinada al fracaso por estar sustentada en la imposición y la violencia.
En el 2006 surgió la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) como una expresión social de rechazo al gobernador Ulises Ruiz, un político corrupto y tirano que quiso engañar a los maestros y a todos los oaxaqueños con promesas incumplidas. En aquel año era tanto el rechazo ciudadano hacia este gobernador que la gente se organizó y tomó un rumbo de autogobierno peligroso para el presidente Vicente Fox que mando tropas militares y policiacas para deshacer este intento de insurrección social.
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