CIUDAD DE MEXICO (proceso).- Existen razones objetivas para considerarlo el peor gobernante del país: durante el sexenio del priista Javier Duarte, Veracruz dejó de ser una referencia entrañable para convertirse en sinónimo de narcoestado, de territorio impune, de averno. Y el aún gobernador está acusado de lo peor que puede acusarse a un político: opacidad, amiguismo, amenazas, corrupción desbocada, ataques, asesinatos. El corresponsal de este semanario, Noé Zavaleta, relata la historia de dicha podredumbre en su libro El infierno de Javier Duarte. Crónicas de un gobierno fatídico (Ediciones Proceso, 2016), que ya está en librerías y del que reproducimos un fragmento del primer capítulo.
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