CUERNAVACA, Mor. (proceso).- .- Pese a que las barrancas son elementales para la conservación de la biodiversidad de esta capital y a ellas se debe el clima que la ha hecho ser llamada “La ciudad de la eterna primavera”, la pésima educación ambiental consiguió convertirlas en sinónimo de tiradero de basura.
Es decir, espacios para desechos de todo tipo, una especie de patio trasero para las casas aledañas e incluso drenaje.
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