CIUDAD DE MEXICO (apro).- En carta anterior a este buzón, servidor afirmó que, en los inicios de la Revolución Francesa, se dieron hechos que eran siniestras y trágicas premoniciones de lo que está ocurriendo en la globalidad neoliberal en la que nos movemos. La presente, estimado lector, es continuación de ese mi pensar.
El que suscribe, no teniendo muy claro el significado del concepto de soberanía, siguió el consejo de Obama, el hombre más poderoso del mundo… un populista y reivindicador de la lectura y los libros… y acudí a un diccionario, que me aclaró que soberanía es el principio de supremo poder, y que en política, históricamente, hay dos grupos de doctrinas encaminadas a esclarecer y justificar el sentido de tal palabra: las teocráticas y las democráticas.
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