BRASILIA (proceso).- Dilma Rousseff no tiene dudas: tras su destitución como presidenta de Brasil mediante un “golpe de Estado parlamentario”, su país es ahora dirigido por “un gobierno ilegítimo, golpista y usurpador”.
“Estamos en un caso de ruptura democrática, de golpe de Estado”, afirma en referencia al impeachment al que fue sometida por el poder legislativo. Y observa dos tendencias: “la revuelta popular” por parte de la población; y “la represión” desde el poder.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí