POITIERS, Francia (proceso).- “Absurda… con la distancia me parece trágicamente absurda”, dice Oleg Veklenko para definir su vida durante los dos meses que pasó en Chernobyl: mayo y junio de 1986.
También le viene a la mente “una sensación de algo apocalíptico y, a la vez, profundamente irrisorio”.
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