MADRID (apro).— El 9 de abril la Policía Nacional española detuvo a un hacker ruso en Barcelona, en una operación discreta y con limitada repercusión mediática, a pesar de la atención que alcanza la investigación de Estados Unidos sobre el ciberespionaje ruso que ayudó al triunfo de Donald Trump.
Sobre Pyotr Levashov, de 36 años, residente en su natal San Petersburgo, existía una Orden Internacional de Búsqueda y Captura, por ser uno de los hackers rusos que participaron en ese ciberespionaje al comité del Partido Demócrata en las elecciones estadunidenses del año pasado, según la acusación del gobierno de Barack Obama.
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