CIUDAD DE MEXICO (apro).- Las sucesivas reformas electorales han tenido varios fracasos: se buscaba un órgano regulador íntegramente imparcial, lo cual no se ha logrado; se quería un tribunal de justicia electoral, pero por lo regular no funciona de ese modo; se requirió un fiscal de delitos electorales (FEPADE) que nunca existió como tal.
Un caso emblemático fue el de los Amigos de Fox, en el cual el entonces presidente de la República y principal denunciado, Vicente Fox, se negó a que se nombrara un fiscal independiente.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí