CIUDAD DE MÉXICO (apro).– “A veces nuestros cuerpos alimentan a los perros. Tuve suerte de haber sobrevivido”, contó Khatera, de 33 años, a quien los talibanes le arrancaron los ojos cuando tenía dos meses de embarazo, como parte de un ataque organizado por su propio padre que era talibán.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí