CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, admitió que “personalmente” mató a criminales para dar ejemplo a los policías cuando fue alcalde de la sureña ciudad de Davao, antes de asumir la presidencia en junio pasado.
Apenas unas horas después de declararse como “no un asesino” y defender su polémica guerra contra la droga, que ha causado más de dos mil 500 muertos en casi seis meses, Duterte dijo a un grupo de líderes empresariales que él mismo mató a presuntos narcotraficantes.
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