OAXACA, Oax. (apro).- “Esto es una chingadera”, porque a tres meses de que la saxofonista María Elena Ríos Ortiz fue atacada con ácido, presuntamente por órdenes de un empresario y político vinculado al Partido Revolucionario Institucional (PRI), la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) no sólo ha solapado este intento de feminicidio, sino que ahora ni siquiera recibe ni le contesta las llamadas a la familia que exige justicia.
Así lo señaló la responsable del área jurídica de Consorcio para el Diálogo Parlamentario de Oaxaca, Yesica Sánchez Maya, quien destacó que el caso deja en evidencia la falta de voluntad política del gobernador Alejandro Murat Hinojosa, además de que no funciona el área de atención a víctimas, ni en la Secretaría de la Mujer ni en la FGEO.
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