A un año de que termine el rectorado de Enrique Graue en la UNAM las posibilidades de que López Obrador influya en el nombramiento de su sucesor son remotas. La razón: entre la comunidad universitaria existe una fuerte “animadversión” contra el presidente debido a los ataques y descalificaciones que éste ha lanzado contra la institución de educación superior, consideran especialista en este tema. Y advierten: sería un acto suicida cambiar las reglas para nombrar rector desde el Legislativo, como lo pretendió Morena, pues “incendiaría” a la UNAM y provocaría masivos actos de protesta.
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